MEJOR RENACER QUE RESUCITAR.

Renacer y resurrección no son lo mismo, en la resurrección hay que "morir", es decir, saltar o traspasar a otro sueño de vida nuevo y dejar atrás el sueño de vida (conjunto de patrones de frecuencia) anterior.

Ese traspaso de un sueño de vida a otro deja un efecto residual, un remanente energético que va desapareciendo progresivamente y que llamamos cadáver.

Renacer en cambio es volver a nacer en la misma vida, sin morir. Podríamos aplicar aquí el simbolismo de la mariposa, el yo chiquito ya nacido sería el gusano que dentro del caos ha de encontrar el camino de regreso, pero para traer al yo superior aquí, a las frecuencias de la "materia". Cuando acaba ese complicadísimo proceso es cuando nace la mariposa, entonces se convierte en un ser transformado y libre, algo que simbolizan las alas.

Podríamos decir también que el yo pequeño es como un astronauta que un día viajo al sueño material llamado vida, patrones de frecuencia que ha de trascender y conquistar para que sus otros yos, pensamientos que forman parte del mismo ser, puedan venir aquí y manifestarse en las frecuencias "materiales" (renacer) para dejar de sobrevivir en el dolor y el caos (porque sobrevivir es lo que hace el yo chiquito) y vivir en el amor/orden que son.

La suma de esos yos, incluidos el pequeño astronauta, son uno, un yo mucho mayor, un yo superior.

Solo se vive cuando todos los yos que te forman (pensamientos pensados que piensan) pueden llegar a manifestarse en las frecuencias de la materia después de que el pequeño astronauta haya despejado el camino de regreso a su origen para traerlos. Mientras esto no sucede, se sobrevive, no se vive. No se puede vivir cuando solo ha nacido el 1% de lo que eres, necesitas renacer para experimentar la verdad de lo que es estar vivo. Mientras seas un astronauta perdido solo podrás sobrevivir y "resucitar".