¡CUIDADO CON LOS CEROS A LA IZQUIERDA!
En este articulo y en mi blog en general veras que muchas veces hablo en tercera persona, aun así, me refiero siempre a mí, siempre hablo de mí, pero para poder hacerme entender por si a alguien le da por leerme, y a la vez para entenderme yo misma, tengo que distinguir entre el avatar que soy y la usuaria que también soy. Somos la misma, una, pero en frecuencias diferentes, cada una a un lado del espejo, con lo cual, a veces hablo desde un lado, a veces desde el otro y a veces desde ambos.
Para ti que lees esto, imagina que te plantas delante de un espejo y puedes tener un dialogo con tu imagen, si, ya se que suena a película de terror, pero es una simbología que se acerca mucho a lo que me pasa a mí.
Los espejos son tremendamente significativos puesto que lo que de verdad reflejan son frecuencias de luz, al igual que tus ojos. Evidentemente esto no es literal, si yo me miro a un espejo veo lo que cualquier otra persona cuando se mira, pero si he de ser sincera, todo este proceso cuya semilla por así decirlo ya estaba en mí, arranco ya hace años delante de un espejo.
Un buen día al pasar frente a un espejo en el pasillo de un apartamento de verano, vi mi silueta en forma de luz blanca, solo fue un momento, pero la vi y me dio curiosidad.
A partir de ese verano en cuanto regresé a mi casa, empecé a buscar a mi silueta de luz blanca delante del espejo. Yo tenia una habitación destinada a una especie de mini gimnasio casero que tenia toda una pared forrada de espejo, y no sé porque, cuando me quedaba sola o por la noche cuando mi entonces marido y mi hijo que era pequeño dormían, me daba por sentarme delante de mi misma y tener monólogos conmigo misma, al igual que si hablara con un terapeuta y no precisamente para decirme palabras motivadoras, simplemente soltaba lo que sentía, me reprochaba, me reñía, lloraba, me pedía ayuda a mi misma... yo nunca he tenido fe en ningún Dios, pero si la necesidad de pedir ayuda, porque mi vida nunca ha sido fácil.
Mi silueta de luz blanca aparecía, se situaba a veces por encima de mí, se movía hacia un lado, hacia el otro, desaparecía, volvía a aparecer ... y a mí me gustaba verla.
Hablar conmigo misma cara a cara y soltar lo que sentía, pensaba y deseaba al principio no era nada fácil, era muy raro, aunque después de un tiempo empezó a resultarme terapéutico, así que lo hacía a menudo. Pero un buen día algo paso en mí, la puerta de mi subconsciente se abrió y empezó un terrible calvario, un proceso durísimo en el cual llevo años y que aun no ha terminado y no sé cuándo lo hará.
Esto no fue ocasionado por mis monólogos en el espejo, esto hubiese salido si o si, hiciera yo lo que hiciera, como si me hubiese dado por meditar. Mi yo, usuaria y mi yo avatar nunca han estado demasiado lejos, así que esto habría salido igual.
Sigo pesando que hablar contigo mismo en el espejo es una terapia efectiva, y pedir ayuda a tu imagen es más efectivo que rogarle a un Dios que no existe, pero si que es verdad que no hay mucha gente preparada para ello, a la gente le resulta más fácil pedirle a una cruz, al universo, a un "papa Noel" celestial, etc. que, a su propia imagen, es decir, a sí mismos. Es más fácil mirar hacia fuera que hacia dentro.
En el mundo holográfico en el que estoy y en el holograma que soy, esa pequeña luz consciente en mi frente siempre ha hecho y sigue haciendo todo lo que puede con muchísimo, muchísimo esfuerzo para estar lo mejor posible y no lo ha tenido en absoluto nada fácil.
Ella es un cachito de mi y siempre, aun sin saberlo, a buscado al resto de mí, no sabía lo que buscaba, pero no podía parar de buscar. Siempre el mismo pensamiento, busca, busca, busca, algo no encaja aquí, la vida no puede ser esto, busca.
Ella es un cachito de sol, una pequeña estrella que al mirarse a si misma modifico su frecuencia y se "separo", pero siempre ha buscado al resto del sol que ella es, a aquello a lo que pertenece.
Ella es amor, ella es orden, pero esta solita aquí fuera en el mundo holográfico, y muy, muy agotada de tanto luchar por mantener un mínimo del orden que ella es, le falta la llegada del resto de cachitos de mí.
El acercamiento del resto de cachitos de mí, del resto de estrellas que me forman ha sido un proceso muy complicado que duró años y que ella explicó en mi libro, su libro, al que en ese momento título "Esperando", porque es lo que lleva haciendo desde entonces, esperar.
Nunca le ha gustado ese titulo para el libro, y el día en el que ella pueda dejar de esperar, ese título cambiará.
Mi pequeña estrella perdida necesitaba explicarse a si misma lo que estaba pasando dentro de mí y también fuera, igual que seguimos haciendo ahora, cada una desde un lado del espejo, en formato blog, pero en otra etapa diferente del proceso ya que ahora estamos mucho más cerca.
Mi libro y mi blog forman parte de lo mismo en dos etapas diferentes pero que se complementan. Aunque en realidad ha habido de momento tres etapas, pero en la primera, cuando se abrió la puerta de mi subconsciente, mi pequeña estrella estaba demasiado asustada y preocupada, todas sus fuerzas se destinaron a mantener la cordura.
Esa lucecita en mi frente es especial, hay que ser especial para manejarse sola mientras tu mundo se desmonta dentro y fuera de ti y no hay nadie, absolutamente nadie, a quien te puedas agarrar.
Esa etapa fue literalmente terrorífica, por esa puerta abierta de mi subconsciente empezaron a salir cosas que se podrían catalogar como fenómenos paranormales. Mi cuerpo se convirtió en una especia de diapasón, era como una antena que recibe frecuencias de todo tipo, algo así como estar continuamente enchufada en una toma de corriente. Fueron muchas más cosas extrañas que pasaron, pero que no voy a detallar, explicaré un poco solo lo de las frecuencias.
Estuve mas de dos años tomando pastillas para dormir que a penas me hacían efecto. Mi pequeña estrella perdida intento buscar ayuda entre la gente de mi alrededor, concretamente mi entonces marido y mi hermana, ya que mis padres estaban ya mayores y enfermos (fueron padres tardíos) y la ayuda la necesitaban ellos.
No me voy a extender mucho aquí, solo diré que su respuesta, la respuesta de ambos y por separado, fue la misma "si necesitas ayuda vete a un psicólogo o a un psiquiatra". Esa fue su respuesta y siguieron a lo suyo mirando hacia otro lado, ni tan si quiera de vez en cuando un "¿Cómo estás?, ¿estas mejor? ¿has ido a algún especialista?" nada, absolutamente nada. Si alguna vez se me ocurrió volverlo a intentar y decir algo como que no podía dormir porque todo me vibraba durante el día y por la noche esas frecuencias eran insoportables porque eran especialmente intensas. Su respuesta (de ambos) "es que tu siempre has sido muy rara" y ahí quedaba todo.
Para mi todo eran frecuencias, desde las personas hasta las piedras, yo era como una antena con piernas y melena.
Cuando intente pedirles ayuda ya sabia que eran personas egocéntricas, prepotentes y egoístas entre otras cosas, pero nunca imagine hasta qué punto, no pensé que me darían la espalda en una situación así y de una manera tan fría y descarada.
Yo podía haber tenido una depresión y de hecho por ahí estuve.
Hasta hace muy poco he tenido guardada una caja entera de somníferos en mi habitación, somníferos que ya hace tiempo por suerte deje de necesitarlos para dormir, pero esa caja sobrante la guarde y no precisamente por si llegaba un punto en el que no pudiera soportar mis "rarezas" internas, si no por si llegaba un punto en el que no pudiera soportar lo de fuera, lo "normal".
Se que si alguna vez hubiese querido hacer real esa idea de desaparecer que pasaba por mi cabeza, mis manos no hubiesen llevado nunca las pastillas a mi boca. Digamos que los movimientos del cuerpo que soy, la usuaria tiene acceso al control de algunos de ellos y ante esa situación la usuaria hubiese tomado el control.
Al final decidí que lo mejor que puedo hacer es una gran limpieza en mi vida, aunque tenga que estar sola un tiempo, de hecho, ya hace mucho que lo estoy, y no hay peor soledad que la de estar en "compañía". Todos, excepto mi hijo, van a ir fuera de mi vida y como soy orden, van a ir fuera pero cada uno a su lugar.
En cuanto a mi hijo, que ya no es un niño, le voy a dejar que haga su camino, lo voy a apartar un tiempo de mi lado, no de mi vida, porque necesito descansar de él. Tiene mucho, muchísimo que aprender, y sobre todo darse cuenta de quien es su madre y darme el valor que merezco. Ha crecido viendo cómo me trataban como un cero a la izquierda y el ha hecho lo mismo, no ha sido inteligente, no ha sabido ver, por eso necesito que se aparte un tiempo, por su propio bien y por el mío, yo no soy una madre mártir. Pero evidentemente es el único que no va fuera de mi vida, él y mis padres, que ya saltaron a una nueva partida dentro del gran juego cuántico, pero que siguen en mi vida, son los únicos que voy a mantener conmigo.
Necesito aire fresco, rodearme de gente nueva, gente bonita.
Tengo que señalar que ni aun en el peor de los momentos he llegado a perder el control, siempre algo en mi interior me ha sostenido, y menos mal que ha sido así, porque fuera no había nadie para sostenerme.
Solo tengo una cosa que decir a la gente que ha estado en mi vida, a todos ¡CUIDADO CON LOS CEROS A LA IZQUIERDA!